Como Celebrar El Domingo de la Divina Misericordia

 

El Milagro de Misericordia, el Sacramento de la Reconciliación, Parte #2


El Perdón de la Mujer Pecadora (San Lucas 7)

Un fariseo invitó a Jesús a comer con él. Jesús entró en la casa y se sentó a la mesa. Entonces una mujer pecadora que vivía en la ciudad, al enterarse de que Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, se presentó con un frasco de perfume. Y colocándose detrás de él, se puso a llorar a sus pies y comenzó a bañarlos con sus lágrimas; los secaba con sus cabellos, los cubría de besos y los ungía con perfume. El fariseo estaba enojado porque pensaba que si Jesús era profeta, conocería quién y qué clase de mujer era. El debería saber que ella era una mala pecadora.

En el Versículo 40 dice: “Pero Jesús le dijo: ‘Simón, tengo algo que decirte’ ‘¡Di, Maestro!,’ respondió él. ‘Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios, el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, perdonó a ambos la deuda. ¿Cuál de los dos amará más?’ Simón contestó: ‘Pienso que aquel a quien perdonó más’ Jesús le dijo: ‘Has juzgado bien.’”Hace dos mil años Nuestro Señor decía, al igual que hoy,“Cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi Misericordia.” ¿Quién le amará más? El que ha pecado mucho, porque sus muchos pecados le han sido perdonados.


El Confesor es un médico del alma

¿Cómo puede recetar un doctor un buen remedio si no sabe la naturaleza de la enfermedad? Nunca podrá hacerlo. Si no revela al confesor la miseria de su alma (sus pecados), ¿Cómo puede el doctor ayudarle? Jesús nos da una libre voluntad y si queremos guardar nuestros pecados, El respeta nuestros deseos.


Abrase completamente en el Confesionario

Esto ocurre con la paciencia y la bondad del sacerdote. El doctor no puede sanarle si no sabe donde le duele el paciente. No guarde nada en el Confesionario. ¿Cómo puede recetar el doctor un buen remedio si no sabe que tipo de enfermedad es?


La humildad es la llave para una confesión excepcional

Un alma no se beneficia como se debe del Sacramento de la sanación si no es humilde. El orgullo lo mantendrá en la oscuridad. El alma erige una pared, y evita el remedio para sanarse. El orgullo y la vergüenza previenen la unión íntima de su alma con Dios.


La obediencia es también clave para avanzar en Santidad

Cuando el alma entra en el sacramento de la sanación, debe de mantenerse humilde sin reservarse nada, entonces puede empezar a avanzar en santidad.


En el Confesional, Dios derrama sabiduría dentro del alma.

Si quisiera conocerle, y quiero decir realmente conocerle y quisiera convertirme en usted, ¿Cómo lo haría? Tendría que vivir con usted, caminar con usted, estar con usted y hacerle pregunta tras pregunta sobre usted. Tendría que meterme dentro de su piel. Pues bien, esto es lo que debe pasar en el confesional. Cristo esta verdaderamente presente, escondido por el sacerdote. Háblele como a un amigo. Viva en el confesional y permítale que El le vacíe toda Su sabiduría y gracias que necesita para convertirse en otro Cristo. El desea que usted tome Su divinidad. ¿Cómo se hicieron nuestros Santos grandes Santos? Con confesión frecuente.

Nuestro Señor Habla:

Aunque un alma fuera como un cadáver descomponiéndose de tal manera que desde el punto de vista humano no existiera esperanza alguna de restauración y todo estuviese ya perdido. No es así para Dios. (1448) Como te preparas en Mi presencia, así te confiesas ante Mí; el sacerdote es para Mí sólo una pantalla (1725) Siempre fluye sobre tu alma la Sangre y el Agua que brotó de Mi Corazón y ennoblece el Alma (1602)… En el tribunal de la misericordia [El Sacramento de la Reconciliación]


¿Cual es el tribunal de la Misericordia?

Santa Faustina: Cuando me alejé de la rejilla (del confesionario), una alegría inconcebible inundó mi alma hasta tal punto que me retiré a un lugar apartado del jardín, para esconderme de las hermanas y permitir al corazón desbordarse plenamente hacia Dios. La presencia de Dios me penetró por completo y en un solo momento toda mi nada se sumergió en Dios y en aquel momento sentí, es decir distinguí las Tres Personas Divinas que habitaban en mí (Diario 175) La Confesión es un encuentro con las Tres Personas Divinas. Es un encuentro con la Santísima Trinidad.


Antes de ir a Confesarse debe tener lágrimas de arrepentimiento

Antes de ir a Confesarse, derrame un poco de lágrimas de arrepentimiento y no hay mejor manera de hacer esto que al recordar la pasión de Cristo (en el Calvario). Estar en contacto con lo que Cristo sufrió por usted y por mí. Debe de darse cuenta que con cada pecado, usted ayudó a clavarle a El los clavos. Aquí esta ese “eterno y ahora” otra vez. Si Dios vive en el eterno y ahora, entonces El vio sus pecados futuros, así que usted también clavo los clavos en Su cuerpo purísimo. En el confesional, usted debe revolver su corazón con gran confianza, entonces Dios le dará un corazón nuevo.

Para derramar las lágrimas del arrepentimiento, el corazón humano se convierte mirando al que nuestros pecados traspasaron (Catecismo 1432).