Como Celebrar El Domingo de la Divina Misericordia

 

El Milagro de Misericordia, el Sacramento de la Reconciliación, Parte #3


¿Dónde tienen lugar los milagros más grandes?

Nuestro Señor habla:

“En el tribunal de la misericordia (el Sacramento de Reconciliación) . . . allí tienen lugar los milagros más grandes y se repiten incesantemente.” (Diary 1448).

Nunca hubiera pensado que sería en el confesionario, pero eso es lo que dijo Nuestro Señor a Santa Faustina. Yo habría pensado que sería un cierto servicio de sanación, o que tendría que ir a Lourdes, o a Fátima, o a alguno de esos sitios de apariciones. Pero no, Nuestro Señor dice que tienen lugar en el confesionario.

Nuestro Señor habla:

“Para obtener este milagro no hay que hacer una peregrinación lejana ni celebrar algunos ritos exteriores, sino que basta acercarse con fe a los pies de Mi representante y confesarle con fe su miseria y el milagro de la Misericordia de Dios se manifestará en toda su plenitud.” (Diary 1448).

Jesús no dice, vaya a Medjugorje, Lourdes, o a Fátima, sino al confesionario. ¿Cuántos de ustedes han estado a Medjugorje? ¿Cuál es el foco principal en Medjugorje? ¡Los Sacramentos! Los confesionarios están llenos de gente. Este es el milagro de Medjugorje. La conversión ocurre en el confesionario.


¿Por qué Nuestro Señor dice, Vengan a mí en el confesionario para revelar nuestra miseria?

Estamos heridos. Necesitamos ser sanados. Oh, que miserables están las almas desgraciadas que no se aprovechan del milagro de la misericordia de Dios. ¿Qué dice Nuestro Señor de nuevo? Somos como un cadáver pudriéndose y desde un punto de vista humano, no habría esperanza. Pero no es así con Dios. El desea que estemos junto a su Sagrado Corazón y sanados de nuestra miseria. Nuestro Señor dijo Santa Faustina:

Nuestro Señor habla:

“Lucha por la salvación de las almas, invitándolas a confiar en Mi misericordia, ya que ésta es tu tarea en ésta y en la vida futura.”

Faustina lucha por nosotros para que tengamos confianza en Su misericordia. Solamente el alma que la rechaza será condenada, porque Dios no condena a nadie. Si voy al confesionario solo para recibir el perdón de mis pecados, me estoy perdiendo todo esto. Consigo lo que pido. Recibo en proporción de lo que espero. Si voy a confesarme con la confianza, de que los milagros más grandes de mi vida van a ocurrir y se van a repetir incesantemente, y van a restaurarme completamente, eso es una cosa distinta. Es aun más que los pecados perdonados. Cuanto más espera, más recibe. Todo depende de la confianza. Ahora pues, vaya a confesarse esperando milagros.

Nuestro Señor habla:

“Sólo que estoy oculto en el sacerdote, pero Yo Mismo actúo en tu alma. Aquí la miseria del alma se encuentra con Dios de la misericordia. Di a las almas que de esta Fuente de la Misericordia las almas sacan gracias exclusivamente con el recipiente de confianza. Si su confianza es grande, Mi generosidad no conocerá límites. (Diary 1602) . . . Los soberbios permanecen siempre en pobreza y miseria, porque Mi gracia se aleja de ellos dirigiéndose hacia los humildes.” (Diary 1602).


Cuando el sacerdote lo absuelve de sus pecados, es Cristo quien lo está perdonando.

Nuestro Señor habla:

“Mi hija, mientras te preparas en Mi presencia, así te confiesas ante Mí; el sacerdote es para Mí sólo una pantalla. No analices nunca de qué clase de sacerdote Me estoy valiendo y abre el alma al confesarte como lo harías Conmigo, y Yo llenaré tu alma con Mi luz.”

Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros (San Juan 13:34)

Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso (San Lucas 6:36)